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Especial: Motos de cine – ¿La más potente herramienta de marketing?

Casi desde que empezaron a fabricarse, las motocicletas han ido encontrando su hueco en la gran pantalla. Tanto da cuál sea su papel en la película: desde un simple medio de transporte para algún protagonista, hasta una invitada habitual en muchas persecuciones.

Porque en principio, para las marcas, lo realmente importante es la sola presencia de sus motos en las películas. Y si no que se lo pregunten a Triumph, que aún hoy saca provecho de la mítica escena que protagonizó Steve McQueen en la gran evasión, habiendo agotado ya las existencias de la versión especial de la Bonneville que lanzó para homenajear al actor. Aunque por el momento no sabemos si Triumph hará lo mismo en un futuro para rendir homenaje a Mario Casas, quizá sea un buen momento para recuperar algunas de las escenas más míticas de los últimos años en donde la moto tiene un papel importante. Naturalmente no podremos hablar de todas, pues en el cine hay muchos actores a lo Vin Diesel, Daniel Craig o Matt Demon que quieren demostrar su grandes dotes interpretativas precisamente en las escenas de riesgo. Aún así, en los últimos años hemos visto escenas para enmarcar.

Persecuciones para recordar

Una de las buenas, para empezar, fue sin duda la de John Connor escapando de un T1000 vestido de policía. La moto en cuestión parece ser una XR pequeñita de la época, de unos 80 cc. Lo más curioso de la escena, y que nadie acaba de entender, es el número inacabable de marchas de la moto. ¿Cuántas marchas llegó a subir John a lo largo de la persecución? ¿13 en total? ¿Tal vez 15? En todo caso, fueron muchísimas. Lo que sí demuestra la escena es lo divertidas que eran algunas motos de antes, que con cilindradas muy pequeñas ya corrían lo suyo. ¡Qué tiempos aquellos!

Otra persecución con mucha acción fue la que vimos en Matrix Reload. En ella, Trinity se hace con los mandos de una bella Ducati 996, no sin antes, suponemos, haberse descargado en su cabeza un curso de pilotaje extremo. Pocas motos deportivas se han hecho con tanto encanto como aquella. No hay duda de que fue una de las grandes obras maestras del diseñador Massimo Tamburini. Para más inri, no sólo tenía que huir de los malos, sino que tenía que cargar con el creador de llaves, que mostró ser un paquete ideal, con plena confianza en quien conduce. Se dice de esta costosa escena que hubo que repetir una buena toma porque a uno de los cámaras se le olvidó darle al REC. Cosas del cine.

Por otro lado, es bastante evidente que Ducati es una de las marcas con más presencia en el cine actual, teniendo su sitio incluso en portadas de películas. Un ejemplo reciente de dudosa calidad cinematográfica fue Noche y Día, donde Tom Cruise hace todo tipo de malabares con una Hypermotard y la bella Cameron Díaz de paquete. La persecución en cuestión, además, tiene lugar en Sevilla. Esta misma moto, la Hypermotard, es además la que se usó para hacer mover las motos de Terminator Salvation, la última entrega de la saga. Y no sólo eso, pues es la misma moto que también vemos en la última entrega de American Pie, donde el tremendo Finch parece tenerla muy por la mano en un par de divertidas escenas. Lástima que, al final, la moto no fuera suya y se descubriera su faceta de mentiroso redomado.

Otras escenas míticas

Por su parte, es de destacar que en la nueva entrega de Ghost Rider, esa fantasmada (y nunca mejor dicho) con Nicolas Cage de protagonista, sea una todopoderosa Yamaha V-Max su nueva acompañante. Mal gusto no tienen, desde luego. Puestos a hablar de películas que raramente recibirán muchos elogios por parte de la crítica, también está la Ducati Monster que Dennis Rodman lució en una breve escena de Double Team. En ese punto de la película, el señor Jean Claude Van Damme da con él en busca de armas. Casualmente se lo encuentra dispuesto a irse con su moto, pero los brazos del actor belga son tan forzudos que le bastan para levantarla tranquilamente por detrás e impedir la tracción de la rueda trasera, con lo que Rodman no puede irse con su Ducati. En esa misma película, el hortera de Dennis también pilota una moto que parece ser una Husqvarna de enduro.

Por supuesto, las chicas más guapas del cine también tienen sus momentos de gloria encima de alguna moto. Pocas cosas hay más deseadas por un motorista varón que ir de paquete en una BMW K 1200 R conducida por una chica tan espectacular como Milla Jovovich. En efecto, si hubiera que huir constantemente de los zombies, una roadster como esa sería sin duda una gran elección, pues es una moto muy potente y deportiva, pero con un punto de comodidad que seguro se agradece entre tanto zombie.

Finalmente, Uma Thurman también tiene su momento motero en una de las grandes obras de Tarantino, Kill Bill. Allí estaba ella, vestida íntegramente de amarillo chillón a lomos de lo que parece una Kawasaki ZZR 250, más popular en Japón que en nuestro país. En este caso, los malos sí que conducen una moto que también se popularizó mucho en España, pues se trata de la Yamaha Fazer original.      

¿Preparado para lo siguiente?

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