El próximo 6 de enero dará comienzo, en Lima (Perú), la 40ª edición del Rally Dakar. Una edición especial por muchos motivos para Carlos Sainz. Primero porque el final del mismo será en la localidad argentina de Córdoba, donde el piloto madrileño logró su última victoria en el Mundial de Rallyes, y segundo porque supondrá la despedida del equipo Peugeot del raid más difícil y duro del mundo.
Tras cuatro años pilotando el Peugeot 2008, toca decir adiós y por ello, la motivación de Sainz para este Dakar será máxima: “No voy pensando si será mi último Dakar. Lo que quiero es ganar y brindarle otra victoria más a Peugeot”, afirmaba con rotundidad ante la pregunta de si estaba ya próxima su retirada. “Ya veré lo que hago el año que viene. Ahora mismo no sé si hay otra marca interesada en participar en el Dakar. Con MINI no ha habido contacto alguno, pero de momento lo único que me interesa es salir y ganar”.
Sainz no esconde las ganas y la ilusión de conseguir, junto a Lucas Cruz, el que sería su segundo Dakar. Una edición que tanto piloto como copiloto catalogaron como la más africana de cuantas han vivido. “Esta es la vez que el Dakar sudamericano se asemeja más al africano, sobre todo al inicio, con cuatro o cinco días de dunas y arena por Perú que serán mucho más duras de las que hemos vivido hasta ahora en Atacama”, aseguraba Sainz. “Este año la preparación ha sido algo más intensa de cara a las primeras etapas”, completaba Cruz.
Lo que tienen claro ambos es que en el Dakar no puedes bajar el nivel en ningún momento: “lo mejor es salir siempre en alerta. No puedes relajarte en ningún momento. Lo digo por experiencia. El año que íbamos líderes no me imaginaba que fuéramos a acabar en la zanja, y el año pasado, cuando más despacio fuimos, fue cuando chocamos y nos tuvimos que retirar. Este año intentaré ser más paciente porque las etapas son más duras, hay más fuera pista y los errores se pueden pagar caros”, sentenciaba el madrileño.
En cuanto a los rivales, Sainz es consciente de que el enemigo está en casa. “Dentro del equipo hay durísimos competidores. No voy a descubrir nada con Peterhansel, mientras que Loeb sigue ganando experiencia y estará seguramente en la lucha. Cyril también ha ido mejorando y no nos podemos olvidar nunca de Nasser”. Por su parte, en cuanto a los MINI el español ve pocas opciones aunque es cauto a la hora de separarles de la victoria: “seguro que alguna etapa se llevan”.
Sea como fuere, este Dakar promete dar espectáculo y, quien sabe si además de suponer el segundo adiós de Peugeot, será la despedida definitiva: “tengo 55 años y es una edad próxima para dejar de correr, pero no lo pienso todavía. Ahora me centro en ganar, voy con la ilusión de hacerlo, si no, no vendríamos. En cualquier caso, si al final decido retirarme, a buen seguro que la más feliz de todas será mi mujer. Pero no sé lo que pasará cuando acabe el 20 de enero en Córdoba. Ahora solo pienso en ganar y es lo que pretendo hacer”.
