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Primer contacto: BMW X3 – Todo en su sitio

Con la presentación el año pasado del X1,BMW puso en apuros a un X3 algo entrado en años, puesto que el pequeño de la familia ofrece sólo un poco menos de espacio.

Ahora, después de varios años llega por fin el sucesor del X3,que ha aumentado de tamaño y que con un mayor nivel de confort parece querer poner orden en esto de las proporciones. Aunque el X3 sólo ha crecido ocho centímetros hasta los 4,65 metros de longitud que ahora exhibe y tan sólo unos pocos centímetros de ancho, el nuevo X3 parece más robusto y se mantiene mucho mejor asentado sobre el asfalto. Sobre todo su vista trasera, donde gracias a las nuevas líneas horizontales el BMW ha ensanchado ópticamente, lo que convierte al nuevo X3 en un SUV imponente. Con el nuevo X3 los de Múnich esperan poder recuperar un amplio margen de compradores, unos clientes que con la segunda generación del X5 (con unas dimensiones también más grandes) han quedado algo decepcionados debido a que éste resulta demasiado grande.

Sin embargo, aunque el X3 presenta unas excelentes dimensiones para dar cabida a 4 pasajeros, tampoco debemos esperar un milagro del espacio. Si tanto conductor como copiloto no son personas de gran envergadura, entonces en las plazas traseras se viajará cómodamente, aunque es evidente que no con tanto espacio libre como en su hermano mayor. Además, en la primera fila, su inmenso salpicadero y su prominente consola central ya ocupan bastante espacio. En cambio los asientos son cómodos, aunque su posición elevada resulta algo molesta.

Banco trasero dividido en tres partes

El X3 también ha crecido en cuanto a las dimensiones de su maletero. En posición estándar, detrás del portón trasero de accionamiento eléctrico (opcional) tienen cabida 550 litros y, con el banco trasero abatido, casi tres veces más. En lugar de la clásica división en dos partes, BMW ha apostado para su banco trasero por un respaldo dividido en la proporción 40:20:40, teniendo en cuenta además que cada una de las tres partes se puede abatir individualmente, dando lugar a un suelo de carga plano. Si esta capacidad de almacenamiento sigue siendo insuficiente, uno tiene la opción de acoplar un remolque de hasta 2,4 toneladas de peso al enganche también de accionamiento eléctrico. De esta forma, el X3 se convierte en uno de los caballos de tiro más fuertes del segmento de los SUV, tan sólo superado por el VW Tiguan que logra superarlo con sus 2,5 toneladas de arrastre.

Si bien el exterior del X3 resulta muy atractivo, el salpicadero presenta un aspecto bastante discreto. Algunos se alegrarán y otros, por el contrario, seguro que muestran decepcionados. El tablero de instrumentos resulta familiar, al igual que el volante con su multitud de botones de función, los elementos de mando del climatizador y del sistema audio o el mando de control iDrive. El X3 también incorpora algunos extras procedentes de los segmentos superiores, por ejemplo el sistema de proyección en el parabrisas (Head-Up Display) o el dispositivo de ayuda al aparcamiento con cámara de 360º y perspectiva de pájaro. No sólo los conductores más experimentados se las apañarán enseguida dentro del X3 y es su interior no pasará a la historia por ser especialmente original.

Pequeños defectos de acabado

Lo que seguramente sí quedará en nuestra retina son los pequeños defectos de acabado que hemos detectado, como pueden ser algunos puntos de soldadura bastante feos, listones de decoración en aluminio mal cortados, algún que otro cable suelto y un material de insonorización mal montado. Indudablemente estas pequeñas deficiencias sólo llamarán la atención al segundo o tercer vistazo y es cierto que tampoco afectan en modo alguno a la experiencia de conducción, sin embargo no llegan a cumplir los requisitos de nivel y calidad de la marca, algo que sí hacen los precios.

Por ejemplo, el X3 xDrive20d cuesta nada más y nada menos que 39.100 euros. El modelo superior, el X3 xDrive35i, ocupa el primer lugar de la lista de precios con sus 51.850 euros.  Al menos el climatizador y la radio vienen de serie, aunque el comprador aún tiene la opción de solicitar numerosos extras. En cambio, la gama de motorizaciones que llegará al mercado el inicialmente no es muy amplia y BMW tampoco ha querido confirmar oficialmente cuándo estará listo para ampliarla. Sin embargo, el hecho de que en el manual de instrucciones ya aparezca el X3 xDrive28i parece indicar que pronto se producirá la esperada ampliación de su paleta mecánica. No obstante, estos motores no estarán listos antes de otoño de 2011.

Un diésel económico y un potente gasolina

Hasta que esto ocurra, para muchos la elección será seguramente muy sencilla. La mayoría se decantará por el motor diésel en detrimento del gasolina. El propulsor sobrealimentado de seis cilindros en línea y 3 litros de cilindrada (montado también en las Series 3 y 5) es una mecánica formidable cuyas características más destacadas son su suavidad de marcha y su excelente desarrollo de la potencia. Sin embargo, el precio de acceso es bastante elevado y las seis cámaras de combustión exigirán una considerable cantidad de combustible.

Así, los 8,8 litros de consumo homologado seguramente no serán suficientes y, en la práctica, su consumo medio superará los 10 litros. Al menos BMW introduce por primera vez en el X3 su función Stop/Start en combinación con un cambio automático. El modelo superior viene equipado con un cambio automático de ocho velocidades que permite registrar un tiempo de aceleración de 5,7 segundos. Aunque esto no debe sorprendernos con un par motor de 400 Nm ya disponible a 1.200 revoluciones.

La mejor opción, el cambio automático

El cambio automático con convertidor de par está disponible para el X3 xDrive20d diésel de forma opcional. De serie, el conductor tendrá que cambiar manualmente sus seis marchas. Aunque el sobreprecio de 2.300 euros resulte bastante elevado, la inversión merece la pena. El cambio manual ofrece cierta resistencia y parece no armonizar del todo con el SUV. Independientemente de si las marchas se cambian manual o automáticamente, el consumo del diésel será siempre de 5,6 litros en el ciclo EU. Por lo tanto, en la práctica su consumo medio será de unos siete litros.

Una gran parte de las medidas de reducción del consumo de combustible, que en BMW llevan ya el nombre de EfficientDynamics, se debe, según sus propias declaraciones, al cambio a una dirección asistida completamente eléctrica. Sin embargo, esto ha ido en detrimento del confort de marcha. En su posición intermedia, la dirección se muestra algo sintética. Por cierto que este sistema procede, como muchas otras piezas, de la Serie 5. Otro proveedores de componentes son la Serie 7 y el X5 y, en menor medida, la Serie 3.

El diésel de cuatro cilindros y 184 CV tampoco nos resulta desconocido y presta sus servicios de forma impecable en el X3 de casi 1,8 toneladas de peso. El propulsor revela su proceso de combustión en el momento de la aceleración, aunque al rodar el X3 xDrive20d se muestra sumamente silencioso. Este motor genera 380 Nm a 1.750 vueltas en el cigüeñal, lo que resulta suficiente para lograr un arranque rápido y un tiempo de aceleración de 8,5 segundos. Sin embargo, a la hora de adelantar se echa en falta una mayor fuerza de arrastre y, por lo tanto, un menor cambio de marchas.

Más confort

Lo que con total seguridad va a arrancar muchas sonrisas es el chasis del nuevo X3, sobre todo en comparación con el de su predecesor. Éste no trataba muy bien a sus ocupantes y transmitiría cualquier irregularidad del asfalto de forma sorprendente y bastante atípica para un SUV. El nuevo es mucho mejor y ofrece un mayor confort, incluso por carreteras mal asfaltadas. De forma opcional, BMW ofrece para el X3 un control dinámico de los amortiguadores con el que el conductor podrá elegir entre los modos normal y deportivo y que junto con los amortiguadores también regula la curva característica del pedal de aceleración y la dirección. Sin embargo, en nuestra primera prueba no observamos ninguna diferencia importante entre ambos modos, precisamente en lo que al confort del chasis se refiere.

Todos los X3 se equipan en la fábrica de Spartanburg con el sistema de tracción integral de BMW denominado xDrive y esto continuará siendo así. En Múnich nadie quiere saber nada de una versión 2WD, aunque en la central del fabricante bávaro analizarán con detalle las cifras de ventas del Mercedes GLK con tracción trasera que, junto con el Audi Q5, constituye el principal competidor del X3. En caso de que los de Stuttgart obtengan un gran éxito con la tracción a dos ruedas, entonces seguro que en BMW el debate volverá a los despachos.

Se acabó lo que se daba

De serie, y a través de un embrague de discos múltiples eléctrico, el sistema de tracción integral distribuye el 40% de la fuerza al eje delantero y el resto al trasero. Para los trazados rápidos de las curvas, esta distribución cambia a favor del eje trasero con el objetivo de reducir la tendencia al subviraje propia de los vehículos de tracción integral. Con el sistema de suspensión adaptativo también está incluido (si no por un suplemento de 150 euros) el Performance Control, un pseudo-diferencial para el eje trasero. Éste distribuye el par motor entre ambas ruedas según las necesidades, permitiendo así una marcha más dinámica incluso.

Sin embargo sólo la oferta de extras, entre los que se incluyen el Performance Control, el cambio deportivo o una dirección deportiva, demuestra que BMW no ve realmente a nadie conduciendo el X3 por otro sitio que no sea la carretera. Así, la única prestación todoterreno que incluye el X3 es el asistente para el descenso. Incluso sus robustos faldones de plástico se han visto reducidos en la nueva versión y con el paquete deportivo M desaparecen completamente. En realidad, lo único que salva al X3 y le permite mantenerse en la categoría de los SUV es su distancia de 21 centímetros al suelo, dado que por la sensación de conducción se trata de un turismo impecable.

Conclusión

Con el nuevo X3, BMW restablece de nuevo el orden en el mundo de los SUV. La segunda generación es más madura y ofrece la suficiente distancia con respecto al X1 sin acercarse demasiado al X5. Los pasajeros disfrutarán de más espacio y de un mayor confort. Sin embargo, su carácter de SUV ha sido el gran perdedor ante unas prestaciones más dinámicas. Es una pena que BMW tan sólo comercialice dos motores en el momento de su lanzamiento. Sin embargo, ambos propulsores nos convencen. El gasolina por su potencia y suavidad de marcha y el diésel por su bajo consumo.

*Nota: Los precios y versiones reflejados en el texto corresponden al mercado alemán.

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