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Primer contacto: Citroën C4 – Revolución y masaje

Para probar el nuevo Citroën C4 nos propusimos recorrer la tierra natal de Nils Holgerssons, quizá de forma no tan espectacular como lo hiciera él a lomos de un ganso blanco, aunque sí mucho más cómodos.

Para que los viajes resulten confortables, los franceses han querido ser los primeros en introducir una gran novedad en la clase compacta: asientos con masaje. Citroën habla en las revistas especializadas de una «concepción optimizada del mundo de las berlinas». Con esto quiere decir que el nuevo C4 es 5 cm más largo que su predecesor. Con sus 4,33 metros de longitud, este modelo francés se encuentra entre los representantes más grandes del segmento de los compactos, aunque el espacio que ofrece a los ocupantes no es tan amplio como cabría de esperar.

El asiento trasero sigue resultado algo estrecho para los pasajeros de mayor envergadura, tanto a la altura de la cabeza como de las rodillas. Sobre todo si hemos encargado el C4 con techo panorámico, algo que aporta mucha luz al habitáculo, pero que reduce considerablemente la libertad de movimiento a ese nivel. Sin embargo, los que tomen asiento en la parte delantera no podrán quejarse. Tanto conductor como copiloto podrán disfrutar incluso de un relajante masaje, aunque no debemos olvidar que se trata de un extra sólo disponible previo pago del correspondiente suplemento. Una novedad que entra con fuerza en el segmento y que resulta muy relajante.

Menos espectacular

El habitáculo en sí resulta moderno, aunque poco espectacular. Algunas exquisiteces que ya conocemos de otros modelos de Citroën se echan en falta en el nuevo C4. Tanto es así que los franceses han prescindido tanto del ambientador integrado en el sistema de aire acondicionado como del volante con la parte central fija, una innovación muy aclamada en el antiguo C4. El motivo es que un volante convencional pesa menos.

Y ya que hablamos del volante, resulta obligado decir que con un total de 16 botones y ruedecillas para la radio, el ordenador de a bordo, el programador de velocidad y el sistema de navegación, éste está completamente saturado. En cambio, la consola central resulta muy clara y ordenada y los estilizados instrumentos son fáciles de leer. De serie, la velocidad se indica digitalmente, aunque a partir de la línea de acabado intermedia también se añade un indicador analógico. El color de la iluminación de los instrumentos se puede modificar pulsando un botón, es decir que Citroën no prescinde del todo de sus habituales toques personales. Entre ellos también se encuentran las 5 velocidades preprogramables que se pueden seleccionar a través del Tempomat.

Superficie de carga irregular

En el apartado de la practicabilidad, los ingenieros podrían haber dejado volar más su imaginación. Es cierto que el maletero de este C4, sólo disponible en versión 4 puertas, tiene una buena capacidad de almacenamiento (408 litros). El volumen del maletero del VW Golf tan sólo alcanza los 350 litros. Sin embargo, si se abate el respaldo del banco trasero, el piso del maletero presenta un escalón muy poco práctico. Otros fabricantes ha logrado solucionar este problema mucho mejor.

Por el contrario, ni el chasis ni la dirección admiten crítica alguna. Aunque las carreteras del sur de Suecia no suponen un gran reto para la dinámica de conducción del Citroën, el C4 se mantiene bien asentado sobre el asfalto y absorbe bien cualquier irregularidad. El deficiente comportamiento en circulación de las antiguas generaciones de los modelos franceses forma parte del pasado, y tan sólo el volante podría ofrecer una respuesta más clara. Con todo, en términos generales el C4 convence con un elevado confort de marcha. Sin embargo, su comportamiento en carreteras de montaña es algo que habría que poner a prueba.

Nuevo motor diésel

La única mecánica nueva de la gama, un diésel de 4 cilindros y 150 CV ya ha demostrado su valía. Aunque se anuncia como la motorización más alta de los diésel, acústicamente no parece que lo sea. De todas formas, los C4 no suelen ser especialmente silenciosos, por mucho que durante la rueda de prensa se hiciera alusión explícita al nuevo aislamiento. Esto no quita para que el nuevo propulsor se tome su trabajo muy en serio. Éste genera 340 Nm en el cigüeñal que son gestionados de forma precisa por un cambio de seis velocidades y que permiten al C4 acelerar de 0 a 100 km/h por debajo de los 9 segundos.

Según la casa, el consumo de este gran diésel es de 5,3 litros a los 100 km. Cualquier medida de ahorro especial, como pueda ser la función automática Start/Stop, resulta igual de desconocida para el HDi 150 que para su hermano más pequeño, el ya conocido diésel de 95 CV. Tan sólo el diésel intermedio de 112 CV, el C4 HDi 110, está disponible como opción con esta tecnología que apaga el motor al detenerse en un semáforo. Ésta funciona de forma imperceptible y sin problemas y, en el ciclo EU, reduce el consumo de 4,6 a 4,4 litros.

Modelo superior sólo con ESG

En cuanto a las mecánicas gasolina también existen tres variantes, de las que tan sólo se podía probar el modelo superior. Sin embargo, tenemos dos motivos para creer que este motor no desempeñará ningún papel importante en el mercado. Por un lado, los clientes del segmento de los compactos son muy sensibles al precio y 24.000 euros por un motor de gasolina turbo de 156 CV procedente de BMW no es nada barato. Por otro lado, y esto es lo que seguramente desalentará a más clientes, el motor gasolina más grande sólo está disponible en combinación con un cambio manual automatizado.

El cambio denominado ESG6 le quita a uno toda la diversión al volante que bien podría ofrecer su alegre turbo. Sus largos intervalos entre cambios y las claras interrupciones en el desarrollo de la propulsión nos recuerdan a los inicios del Smart y no tienen nada que ver con la diversión al volante. Incluso el hecho de que el conductor pueda cambiar las marchas a través de las levas situadas en el volante no cambia nada al respecto. Por lo tanto, creemos que la mayoría de los compradores optará por los modelos de gasolina más pequeños de 95 o 120 CV. Para este último modelo Citroën ofrece también un verdadero cambio automático con convertidor de par, aunque sólo de 4 velocidades.

En lo que respecta al consumo, los tres gasolina se encuentran más o menos al mismo nivel, es decir entre 6,2 y 6,4 litros en el ciclo EU. Sólo aquellos que se decanten por el C4 VTi 120 con cambio automático con convertidor de par deberán calcular un litro más de consumo. El C4 más económico es, sin duda, el diésel más pequeño que tan sólo consume 4,3 litros a los 100 km, llegando a superar incluso al modelo diésel con función Stop/Start.

Más barato que el Golf

El precio de catálogo del Citroën C4 VTi 95 es de 15.950 euros. De esta manera, la versión de acceso es casi 1.000 euros más barata que el VW Golf, que además cuenta con 15 CV y dos puertas menos. Existe una versión gasolina intermedia por 17.450 euros, así como una versión turbo más potente, aunque tan sólo en la línea de acabado más alta, a partir de 24.100 euros. Quienes deseen conducir un diésel deberán invertir al menos 18.700 euros. El modelo HDi 110 cuesta 19.600 euros, mientras que en el caso de la variante con función Stop/Start y un equipamiento más completo la cifra se eleva hasta los 22.350 euros. El motor diésel de 150 CV alcanza ya los 25.750 euros.

Su acabado básico «Attraction» incluye aire acondicionado manual, programador de velocidad y un asiento para el conductor regulable en altura. En la línea de acabado intermedia «Tendance» a todo lo ya mencionado hay que añadir un ordenador de a bordo, elevalunas eléctricos detrás, apoyos lumbares en los asientos delanteros, faros antiniebla y una radio. El nivel de acabado superior «Exclusive» complementa la oferta con sensor de lluvia y luz, instalación manos libres Bluetooth, freno de estacionamiento eléctrico, sensores de aparcamiento – que gracias a una buena visibilidad no resultan especialmente necesarios –, la función de masaje en los asientos delanteros y llantas de aluminio de 17".

Conclusión

El referente en el segmento de los vehículos compactos es y seguirá siendo el VW Golf, aunque Citroën comienza a comerle terreno con el nuevo C4. Estéticamente este francés ha dejado de ser tan extravagante como era al principio, aunque su aspecto más sencillo podría canjearle muchos más admiradores. Volkswagen ya ha demostrado que esto funciona así. El interior tampoco tiene un aspecto tan inusual. Sin embargo, ahora resulta más organizado y fácil de entender. La oferta de motorizaciones puede ser quizá el aspecto que resulte más convincente para los compradores. Es una pena que el gasolina más alto de gama sólo esté disponible con un cambio manual automatizado.

Los que prefieran un modelo más estiloso deberán esperar hasta la primavera de 2011. Es entonces cuando comenzará a comercializarse el DS4, la versión más elegante del C4. Pese a ser también una versión de cuatro puertas, su aspecto se asemeja mucho al de un coupé gracias a que las manetas de las puertas traseras están escondidas.

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