Estos clientes no suelen entender que, a pesar de los serios controles que hace la marca por mejorar sus datos de consumo y emisiones, la diversión al volante y la dinámica siguen siendo su prioriodad número uno. Aquí, el término ‘electro’ no significa darse por vencido. ¡Al revés, promete aún más diversión en el día a día! Antes de meternos en faena, y sólo por poner un poco de contexto, debemos decir que este coloso alemán mide casi cinco metros de largo y pesa 2,3 toneladas. Y eso, sea como sea, hay que moverlo. Para ello, el Porsche Cayenne E-Hybrid cuenta con un motor de gasolina sobrealimentado de tres litros y seis cilindros con 340 CV y un motor eléctrico de 136 CV. En total, los dos propulsores tienen una potencia conjunta de 462 CV y un par motor muy potente de 700 Newton metros, lo cual es más de lo que un Cayenne S puede ofrecer.
44 km en modo eléctrico...
La batería de este híbrido enchufable almacena 14,1 kWh de electricidad, y en 7 horas y 45 minutos la batería está completamente cargada en la toma de corriente de la casa. Esto parece demasiado tiempo a primera vista, pero debemos pensar que es una jornada laboral completa y que, si además podemos permitirnos cargarlo durante la noche, siempre que queramos encenderlo tendremos el coche cargado de electricidad. Si queremos ir más rápido necesitaremos contar con el cargador de 7,2 Kw, el cual sólo tarda dos horas y media en llenar las baterías al completo.
Porsche indica una autonomía puramente eléctrica de 44 kilómetros. En la práctica, durante nuestra primera vuelta de prueba -sin mucho esfuerzo y sin sacrificar el aire acondicionado y similares- conseguimos hacer unos 35 kilómetros libres de emisiones. En modo eléctrico se puede circular hasta una velocidad máxima de 135 km/h, una frontera a partir de la cual se encenderá sí o sí el motor de combustión. El Cayenne híbrido enchufable tarda 6,3 segundos en alcanzar los 100 km/h en modo eléctrico, una cifra más que aceptable teniendo en cuenta que pesa 2,3 toneladas.
Dueño de las autopistas.
Aquellos que quieran acelerar un poco más rápido hasta los 100 km/h pueden hacerlo en el modo deportivo, donde ambos motores siempre trabajan juntos. En este caso, se necesitan tan solo cinco segundos y la velocidad máxima que se puede alcanzar es de 253 km/h. Este peso pesado, cuando se vale de su ‘doble corazón’ ofrece una aceleración casi inagotable hasta llegar a su límite, dejando que la mayoría de sus competidores se desvanezcan en el espejo retrovisor. No obstante, no olvidemos que no es sólo en las rectas donde el Cayenne cabalga en primera posición.
No conocemos otro SUV de este tamaño que sea tan ágil y dinámico en la carretera. Hablamos del Cayenne en general y también de la versión híbrida, la cual no hace ninguna diferencia en términos dinámicos. Gracias a la tracción permanente en todas las ruedas y a un chasis perfectamente armonizado, el Cayenne E-Hybrid toma curvas tras curvas como una auténtica tabla. Hay que conducir bruscamente y salirse de las reacciones habituales y normales para que el Cayenne salga hacia la parte exterior de la curva. Los conductores que valoren la deportividad obtendrán sin duda una recompensa a su inversión si están considerando la compra del Cayenne E-Hybrid.
Una cifra de seis dígitos
Hablando de costes, hay que invertir al menos 93.000 euros por el Cayenne E-hybrid, es decir, unos 15.000 euros más que por el Cayenne más barato. Pero, como era de esperar, esta cifra no es cerrada. Como de costumbre, los suabos también tienen una larga lista de equipamientos especiales de la cual es imposible pasar desapercibido, lo que rápidamente empuja el precio a dimensiones de seis dígitos. La parte buena es que el comprador verá aliviada su conciencia cuando se de cuenta del bajo consumo de combustible, aunque el valor estándar de 3,4 litros por cada 100 kilómetros probablemente necesite otra breve explicación.
Esto es lo que muchos olvidan. El consumo casi irreal sólo puede lograrse con la batería llena y, a diferencia de los valores de combustión habituales, sólo durante los primeros 100 kilómetros. A partir de aquí, el motor eléctrico sirve para arrancar en modo eléctrico y acude a ayudar al motor de combustión en los sprints rápidos y recuperaciones. Por tanto, en esta situación el consumo aumenta. Incluso, cualquiera que de rienda suelta a la potencia de este coche llevará al Porsche Cayenne E-Hybrid a la media de consumo de dos dígitos. En nuestro caso, pudimos alcanzar un valor ejemplar de unos ocho litros, que es incluso inferior al del modelo básico: el Cayenne de 340 caballos necesita al menos nueve litros.
Sin duda alguna, lo mejor que ha conseguido Porsche con este Cayenne E-Hybrid es su tracción integral, casi indescriptiblemente perfecta. Con una agilidad pasmosa en curvas rápidas parece como si los suabos no estuvieran sujetos a las leyes físicas. Al mismo tiempo, son capaces de ofrecer muchísimo confort en viajes de larga distancia y un consumo de combustible ejemplar. Si no fuera por el precio, uno casi diría que no hacen falta más SUVs en el mercado. Pero desafortunadamente, la última creación de Porsche seguirá siendo un sueño para la mayoría de nosotros. Por esos 93.000 euros (antes de extras) es cualquier cosa menos una ganga. Tal vez exista una oportunidad para hacerse con un Cayenne E-Hybrid de ocasiónpor mucho menos dinero.
