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Primer contacto: Renault Laguna GT – Cuatro al mando

Poco después de lanzar al mercado el Laguna, Renault saca su modelo estrella: el Laguna GT. Afortunadamente los franceses no solo confirieron prioridad a la potencia del motor. El Laguna GT posee asimismo la exclusiva y genial dirección en las cuatro ruedas "active drive".

Condujimos el familiar Grandtour GT-Diesel de 178 CV. ¿Dirección en las cuatro ruedas? Me suena familiar, ¿no tuvieron los japoneses un sistema parecido? ¡Exacto! Honda fue el primer fabricante en gran serie que sacó al mercado en 1987 la dirección en las cuatro ruedas en su coupé Prelude. Mitsubishi dotó a su peso pesado entre los deportivos, el  3000 GT, de un sistema similar y BMW lo comercializó a mediados de los noventa en el 850. Pero también se ha utilizado el sistema de dirección a las cuatro ruedas en berlinas como el Mazda 626.

Y es ahora que el resto de fabricantes ya se ha bajado del tren cuando Renault hace su aparición estelar revolucionando este sistema gracias a la dirección activa. Así lo anunció Renault y, como no, nosotros nos apuntamos a comprobarlo. Para ello Renault nos invitó a la maravillosa isla de Córcega.

Técnicamente genial

Pero vayamos primero al equipamiento técnico. En la parte delantera nada cambia. Como en cada Laguna, las suspensiones y dirección del GT se logran mediante el eje delantero McPherson con guías triangulares. Un estabilizador transversal reduce a un mínimo el cabeceo del vehículo al tomar curvas a gran velocidad. No obstante, los discos de los frenos flotantes delanteros del GT se han aumentado 24 milímetros para lograr su medida actual de 320. Los traseros siguen siendo los mismos que en los modelos estándar.

Y es el eje trasero, donde trabaja la dirección en las cuatro ruedas, el verdadero plato fuerte del GT. El sistema está compuesto por un actuador colocado delante de la rueda trasera derecha, una unidad de mando situada sobre el eje trasero y el eje trasero dirigible en sí. El sistema pesa unos 20 kilos. El ángulo de dirección máximo de las ruedas traseras abarca siete grados de izquierda a derecha. ¿No parece mucho? Realmente sí lo es, más adelante profundizaremos en el tema. El eje trasero recibe la información de dirección a través de un programa electrónico de estabilización (ESP), así como de un sensor de ángulo de dirección. El bus CAN se encarga de dirigir la información al actuador. Y eso es todo lo que podemos decir sobre el sistema técnico.

Pasemos ahora al GTema

Renault ofrece la dirección en las cuatro ruedas a partir de mayo de 2008 dentro de un segmento de precios que incluso se puede considerar como asequible para la mayoría. La versión mas cara del GT, el Grandtour (familiar), con un motor diesel de dos litros y 178 CV en vez de 173, costará 33.000 euros. El equipamiento está completo. El que lo desee podrá incluso permitirse el capricho de añadir un sistema de navegación, así como un techo corredizo, el resto está incluido. Como cabe esperar, Renault también ha incluido características típicas del GT en el habitáculo.

Asientos deportivos de ensueño

En primer lugar cabe destacar que los fantásticos asientos deportivos son extremadamente cómodos. Acogen al conductor y al copiloto sin presionarlos o tan si quiera molestar, mientras que la funda antideslizante de alcántara contribuye a transmitir una sensación de bienestar. Si así se desea, la posición del respaldo se puede adaptar manualmente a la zona lumbar. Los asientos calefactables se encargan de un bienestar "posterior", incluso en días muy fríos. La posición del asiento es ideal tras el volante aplanado y dotado de numerosas posibilidades de ajuste.

No obstante, es preciso mencionar dos cositas insignificantes pero que resultan molestas para las personas de gran tamaño: primero, los asientos deportivos no ofrecen espacio suficiente para los muslos, por lo que a mi me resultaron demasiado cortos. Segundo, la cabeza se golpea de vez en cuando con el larguero del techo y el estuche para las gafas situado en el mismo. En principio cabe destacar la excelente calidad del habitáculo, donde todo resulta suave y cómodo al tacto. ¿Todo? No todo. El revestimiento de plástico de color plateado que acoge la palanca de cambios de aluminio es eso, un revestimiento de "plástico", se aprecia desde el primer momento.

Generoso en espacio

Por el contrario, no hay nada que objetar en lo que al espacio se refiere tanto delante como detrás. Está claro que los 4,80 metros de longitud exterior y los más de 180 cm de ancho se pueden permitir ofrecer libertad. Por este motivo, el maletero del familiar da cabida a 508 litros, aumentando a aprox. 1.600 litros si se abaten los asientos. Llegados a este punto cabe destacar que abatir los asientos traseros se convierte en un juego de niños, puesto que tanto desde el maletero como desde los asientos se puede acceder a la palanca y los botones con los que el respaldo se pliega suavemente sobre la superficie de asiento.

En marcha

Dejemos ya la teoría de lado. Pongámonos los cinturones, apretemos el botón de arranque, soltemos el freno de estacionamiento electrónico (también se suelta de forma automática) y ¡en marcha! El motor con autoignición, dotado de 5 CV adicionales, se desliza de forma silenciosa y sin apenas vibrar. Los 178 CV son suficientes para espolear al Laguna o, en otras palabras, para acelerarlo teóricamente a 213 km/h y llegar de 0 a 100 en tan solo 8,7 segundos. Con ello, el GT es dos km/h más lento que un diesel de 173 CV. Las resistencias al viento y a la rodadura lo tienen difícil con las amplias ruedas. A diferencia del resto de los diesel, la inyección directa common-rail aumenta a casi 5.000 revoluciones.

El trayecto elegido a lo largo de las serpentinas de Córcega no hacen más que favorecer al motor dCi y a la caja de cambios de seis marchas. Por el contrario, la palanca de cambios no se desliza por las marchas con la facilidad que se espera. A partir de las 2.000 revoluciones se consigue un par de 400 Nm, dispuesto a vencer por la fuerza a la tracción delantera. Sin embargo, al menos sobre el firme seco, no lo consigue. Los neumáticos Bridgestone Potenza RE050 225 se adhieren al asfalto como las conejitas de Playboy a la mejilla arrugada de Hugh Heffner. Según Renault, la mezcla de 18 pulgadas se ha adaptado especialmente para el GT, lo que resulta razonable.

Sensacional estabilidad en carretera

Por el contrario, cuesta creer la estabilidad en carretera que ofrece la dirección en las cuatro ruedas. No vamos a negar que otros fabricantes también consiguen que las llantas de aluminio de 18 pulgadas afronten con maestría las irregularidades. No obstante, lo que resulta realmente impresionante es que la dinámica logre esas magnitudes. La dirección en las cuatro ruedas gira con soltura en las calles estrechas llenas de curvas.

Si se conduce hasta unos 60 km/h, las ruedas traseras giran en la misma dirección que el volante.  No obstante, a partir de los 60 km/h se oponen al sentido de desplazamiento. Es decir: se mejora el radio de giro al circular a baja velocidad en ciudad (el valor típico de utilitarios es de 10,30 metros) y se mejora asimismo el dinamismo a altas velocidades. El Laguna GT "penetra" formalmente en las curvas y tiene unas ganas enormes de tomarlas. El ángulo de giro del volante, al igual que en el caso de la dirección activa, es extremadamente reducido. El GT llega a encontrar un espléndido balance entre el sobreviraje y el subviraje, por lo que permanece en una posición neutra durante mucho tiempo. El límite de regulación del programa electrónico de estabilización, que no se puede desactivar, sigue aumentando, puesto que las ruedas traseras autodireccionables inician más tarde el rozamiento de deslizamiento, lo que resulta beneficioso no solo para la actividad de desplazamiento sino en especial para la seguridad de desplazamiento del sistema.

El GT enfundado en un chándal

Un GT se distingue desde fuera. Así, el chándal del Laguna se aprecia por los siguientes detalles: sistema de escape de doble flujo, llantas de 18 pulgadas, retrovisores pintados de negro con intermitentes integrados (sin LED), faldón delantero de nuevo diseño, faros boxenón engastados en negro que giran en las curvas y por último, pero no por ello menos importante, la inscripción GT en el pilar B.

Y pasemos ahora al precio del GT: como ya hemos mencionado, la versión familiar diesel completamente equipada asciende a 31.700 euros. En comparación con un Laguna Dynamique, de menos potencia, el GT apenas cuesta 3.000 euros más. A cambio, dispone de todas las características, así como la dirección en las cuatro ruedas a bordo. Renault subsana los defectos de forma gratuita cubiertos por una garantía de 3 años o durante los 150.000 primeros kilómetros, lo que constituye un aliciente más para hacerse con este elegante francés.

En resumen

El Laguna GT constituye un logrado paquete de Renault tanto en versión diesel con alto par de fuerza como en versión de gasolina turbo de 4 cilindros. El diseño interior y exterior es agradable, los materiales utilizados son funcionales, los asientos de primera clase y el chasis es realmente fenomenal. La dirección en las cuatro ruedas representa todo un revival. Según Renault, a partir de otoño de 2008 se lanzarán al mercado el Laguna Coupé así como otros modelos de Renault con la dirección en las cuatro ruedas "active drive". Los precios se mantendrán en un nivel moderado. Para nosotros todo un placer.

¿Preparado para lo siguiente?

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