Aunque la marca sueca ya hizo un intento por meterse de lleno entre la clientela más joven (y femenina, por qué no decirlo) con el C30, desafortunadamente, aquel pequeño Volvo no fue el gran éxito de ventas que se esperaba. Con el nuevo XC40 los suecos ahora tienen un SUV compacto en el programa, lo que les sitúa justo en el punto de mira de la mayoría de compradores. El ‘boom’ de los SUV parece no tener fin. Cada vez hay más matriculaciones y cada vez son más las subcategorías derivadas de estas carrocerías. Parecía imposible hace unos años, pero ya no hay casi fabricantes que no cuenten con al menos un par de modelos en su catálogo. En Volvo, el XC40 ocupará en breve el top de ventas de la marca al mismo tiempo que proporcionará un soplo de aire fresco en la gama. Llegará en la primavera de 2018, y como decimos, ¡debería convertirse en pocas semanas en el modelo más vendido de Volvo!
Líneas claras, colores vivos
Viendo el resultado en cuanto a diseño exterior, está claro que el XC40 ha tirado de los genes típicos de Volvo: líneas limpias, pequeños adornos y superficies lisas le dan el aspecto típico de los últimos modelos lanzados por la marca sueca. Claramente se reconoce la herencia genética del XC60 y del XC90, a excepción de las puertas traseras, que con un cromado de línea muy elevada, parece salirse un poco de lo visto hasta ahora. También hacen sello personal las llantas, que pueden ser de 17 a 21 pulgadas.
El primer detalle divertido lo encontramos en el guardabarros, donde Volvo ha colocado una pequeña y discreta bandera de Suecia. Además, completamente comprometidos con la tendencia actual, los suecos también se centran en la personalización y, opcionalmente, ofrecen un acabado de pintura de dos colores. Para el interior también hay opciones, así que quien quiera adornar el suelo del coche y los paneles de las puertas, puede hacerlo con una especie de fieltro de colores (hay tres disponibles, de los cuales uno es naranja brillante, algo atrevido pero muy original).
Muchos huecos, y muy prácticos
Además de estos detalles de embellecimiento, los desarrolladores de Volvo han hecho todo lo posible para darle al interior un concepto de habitabilidad bien estudiado. Debajo del gran reposabrazos central hay suficiente espacio para una caja de pañuelos. Frente a esto un pequeño cubo de basura – lo cual nos recuerda inevitablemente al ‘Simply Clever’ de Skoda – y, en el túnel central, hay un hueco bastante profundo para smartphones con carga inductiva.
Debajo del asiento del conductor también hay un cajón en el que, por ejemplo, se puede guardar algún objeto valioso que no deba quedar a la vista, como un portátil o una tablet. Y también los compartimentos en las puertas laterales ofrecen espacio de almacenamiento más que suficiente, ya que el XC40 ha prescindido de los altavoces que se usan normalmente. En el caso de Volvo, de lo que se ha prescindido es de un sistema Harman Kardon.
Lugar oculto para cubrir el maletero
En este coche hay muchas cosas bien pensadas en lo que se refiere al aprovechamiento del espacio. El maletero, dotado de apertura y cierre eléctrico del portón, se ofrece con un volumen de carga de 460 litros, que se amplían abatiendo los asientos traseros (con solo tirar de un botón) hasta los 1.336 litros. El piso del maletero queda enrasado con el borde de carga y, si se desea, también se puede configurar verticalmente un separador para evitar que se desplacen cosas pequeñas por todo el maletero. Para afianzar la carga también hay tres ganchos.
Una vez que todo está guardado, podemos concentrarnos en lo esencial, el sistema de infoentretenimiento de navegación y la pantalla de la consola central. Incluso desde las versiones más básica hay dos pantallas grandes a disposición de los clientes. Por un lado, la información importante acerca del viaje se muestra en el cuadro de instrumentos en una pantalla de 12.3 pulgadas, mientras que la consola central cuenta con la pantalla táctil vertical de 9.2 pulgadas típica de Volvo, donde se puede configurar las funciones del vehículo así como la información y el entretenimiento.
Dos motores para el lanzamiento al mercado
Cuando el Volvo XC40 llegue a los concesionarios en la primavera de 2018, los clientes podrán elegir entre dos potentes motores de cuatro cilindros. El primero es un turbodiésel de dos litros y 190 cv (D4), mientras que el otro es un motor de gasolina turbo de dos litros y 247 cv (T5). Ambos vienen de serie con transmisión automática de ocho velocidades y cuatro ruedas. La versión D4 costará un mínimo de 42.220 euros, mientras que la T5 es un poco más cara con un precio de partida de 47.257 euros. En nuestra primera toma de contacto pudimos probar ambos motores.
Un poco más adelante llegarán las dos versiones de acceso definitivas, el D3 de 150 CV con cambio manual y tracción delantera, y el T3 con 1,5 litros y 150 CV que será el primer motor tricilíndrico de la marca.
Común para ambos es el ajuste de la suspensión. Por lo general, como suele ocurrir en casi todos los SUV, la suspensión no tiene un tarado demasiado firme. Los asfaltos más rotos y pisos irregulares se absorben correctamente y no comprometen la comodidad de los ocupantes. Y no sólo esto: gracias a una dirección directa y precisa, el Volvo XC40 puede incluso animarse y buscar sin complejos las zonas de curvas.
Rápido, pero algo ruidoso
Nuestra prueba comenzó con el más potente de ambos motores, el T5, con el cual pusimos a prueba su buena aceleración hasta los 100 km/h (6.5 segundos). Tiene un par máximo de 350 Nm entre 1.800 y 4.800 revoluciones, lo cual está francamente bien, y la caja de cambios automática de ocho velocidades cambia de manera confiable y rápida. No obstante, sí hemos notado que al pisar a fondo el motor de cuatro cilindros se dispara de manera enérgica a altas revoluciones y devuelve un incómodo gruñido que, a pesar de estar justificado por la aceleración, podría haberse aislado acústicamente un poco mejor.
La velocidad máxima con el motor de gasolina es de 230 km / h. Si intentamos apretarle con frecuencia, lo normal será pasarnos ampliamente de los 7.3 litros que homologa. El XC40 fue capaz de firmar en nuestra primera vuelta una media de consumo de 8,5 litros.
Significativamente más sobrio es el turbodiésel, que según la ficha técnica consume 5,1 litros y pone a disposición del conductor 400 Nm de par máximo (entregados entre 1.750 y 2.500 revoluciones). Aunque es un poco más lento que la versión de gasolina (tarda 1,5 segundos más en llegar a los 100 km/h), la respuesta general del diésel es más armónica y relajada, apta para cualquier velocidad de crucero (desde legales hasta los 210 km / h de máxima que es capaz de alcanzar).
Conclusión
El nuevo Volvo XC40 parece dinámico, fresco y puede configurarse a gusto del consumidor. Su concepto de habitáculo personalizable, así como las diferentes opciones de almacenamiento nos convence. Aquellos que ya estén impacientes por su llegada a los concesionarios, deberían saber que la opción más recomendable es la D4, no solo por su consumo sino también por su mayor elasticidad y menor ruido. El consumo, si se busca la eficiencia, es de unos escasos cinco litros, y como decimos, es la opción más tranquila y relajada si buscamos rendimiento a largo plazo. Al cumplir con el nuevo estándar Euro 6d Temp, con este coche no debería haber sorpresas desagradables en el futuro.
