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Prueba: BMW R 1200 GS Triple Black – Oscura seducción

Es innegable que todas las marcas querrían una R 1200 GS en su catálogo. En realidad, seguro que se conformarían con robarle parte de su clientela.

Sea como sea, llevamos unos cuantos años en que las motos de gran cilindrada han ido perdiendo peso, y desde entonces la maxitrail de BMW ha sido y es la gran excepción. Porque ella sigue a lo suyo, gozando de un éxito que parece no tener fin. ¿Cuál es su fórmula? Renovarse de tanto en cuando, como hizo hace tres años, e ir ofreciendo nuevas versiones como la Triple Black. El resto es, sencillamente, una moto que convence. Como siempre. Con un panorama como este no es de extrañar que en tan poco margen de tiempo le hayan surgido tantas competidoras, y tan directas. Basta con hacer un poco de memoria: Kawa Versys 1000, Honda CrossTourer, Triumph Explorer, Ducati MTS 1200, Yamaha SuperTénéré, Moto Guzzi Stelvio, etc. Incluso parece que KTM está trabajando en una versión más potente y mejor equipada de su Adventure, saltando a la cilindrada más generalizada en esta categoría, es decir, la de 1200. Pero igual de cierto es que BMW trabaja en una versión refrigerada por agua de su motor Boxer, simplemente para tener un as en la manga.

El precio de la R 1200 GS Triple Black supera fácilmente los 15 mil, y puede ir más allá según el nivel de equipamiento. En este sentido, una de las cosas que nos ha sorprendido en la unidad de pruebas es la versión mejorada del sistema de regulación de las suspensiones ESA. Aunque su funcionamiento es el mismo de siempre, ahora incluye nuevas regulaciones según el tipo de puerto de montaña por el que circulemos. Es decir, que además de poder ajustar la suspensión cuando vamos solos, acompañados o con maletas, o si queremos un tarado deportivo, suave o normal, ahora también podemos informarle de si conducimos por una carretera de condiciones suaves, medias o duras. Un lujo, vaya.

Con tres tonalidades

BMW le está cogiendo el gusto a las versiones Triple Black. De hecho, la R 1200 GS fue la primera en tener una. En la actualidad, se diferencia de la versión básica en unos 500 euros. En este caso el color negro zafiro es su base, su vestimenta principal, que está presente en la mayor parte de los plásticos. Otros componentes que ahora también vienen cubiertos de color negro son el motor, las horquillas y las llantas, que en esta versión son de radios cruzados y no de fundición de aluminio como en la normal. Otro detalle distintivo es el logo GS grabado en el asiento.

En cualquier caso, una de las cualidades más innegables del color negro es que combina bien con todo, sea en la ropa o en una moto. Su gran ventaja es que es un color discreto que no roba protagonismo al resto. En este caso al color gris asfalto metalizado que cubre el bastidor trasero, las tapas del cilindro y el buje de la llanta trasera. Por lo demás, es un hecho que el resultado final, estéticamente hablando, es muy agradable a la vista y le sienta muy bien a la reina de todas las maxitrail, que es, sin duda, lo que es la R 1200 GS.

Un motor diferente

Hay muchas certezas en la vida. Una de ellas es que el motor Boxer de BMW, con los cilindros opuestos montados en sentido transversal a la marcha y refrigerados por aire y aceite, no tiene un equivalente parecido en ninguna moto de la competencia. Quizá lo más cercano sea la mecánica de Moto Guzzi, aunque en su caso los cilindros están dispuestos en V. Aun así, el carácter de uno y otro poco tienen que ver. Naturalmente, si no fuera por el tacto y las particularidades que BMW ha sabido darle a este motor, su éxito no sería tal. De hecho, es una de las razones de más peso que influyen en la compra final, y una parte fundamental en la historia de las motos de BMW.

Su tacto es rudo y dulce a la vez, recupera con suma facilidad y nunca se queja aunque lo dejes caer hasta el ralentí. Este fue uno de los puntos que más se mejoraron en la última versión de este motor Boxer gracias al mayor diámetro de las válvulas y a su disposición radial, así como a la mayor compacidad de las cámaras de combustión, que pasaron a tener dos árboles de leva por cilindro. También es una mecánica que consume sorprendentemente poco en carretera y que encima suena de maravilla.

Datos técnicos
Marca y modelo BMW R 1200 GS Triple Black
Año 2011
Motor
Cilindrada 1170
Arquitectura dos cilindros Boxer refrigerado por aire/aceite
Potencia (cv) 110 cv a 7.750 rpm
Par motor 120 Nm a 6.000 rpm
Alimentación inyección electrónica de combustible y gestión digital del motor BMS-k+
Cambio de seis velocidades
Neumáticos de serie 110/80 19" (d) y 150/70 17" (t)
Chasis de dos piezas con motor autoportante
Suspensión delantera BMW Motorrad Telelever con horquillas de 41 mm y amortiguador central regulable en 5 clics. Recorrido de 190 mm
Suspensión trasera basculante monobrazo con sistema BMW Motorrad Paralever. Amortiguador multirregulable. Recorrido de 200 mm
Altura del asiento (mm) 850/870 (820/790 con asiento bajo)
Distancia entre ejes (m) nd
Frenos 305 mm (d) y 265 mm (t)
Capacidad depósito 20 litros
Peso (kg) 229 Kg en orden de marcha
Velocidad máxima > 200 Km/h
Precio (sin extras)
Euros 15.315
Más datosMenos datos

Por otro lado, su peculiar disposición, con un cilindro sobresaliendo a cada lado, aporta unas agradables inercias que pueden extrañar al principio, pero que acaban siendo increíblemente placenteras. Más que nada porque rebajan el centro de gravedad y facilitan mucho la conducción en carretera al hacer más rápidos los cambios de dirección: dejas el gas antes de una curva, empiezas la entrada y el resto parece que lo hace sola. Únicamente se hace un poco rara en conducción urbana, ya que a veces gira demasiado rápido. Además, es un motor que se refrigera de maravilla al quedar los dos cilindros expuestos por igual al viento.

En cuanto a prestaciones, cierto que su configuración no permite grandes cifras, y que, por lo tanto, no es una mecánica del todo apropiada para una moto deportiva. Pero sí que lo es en este caso. Sus 110 caballos de potencia, acompañados de un buen par de 120 Nm, son, simplemente, puro placer de conducción. No asustan y se mueven a sus anchas en todas las condiciones. Es más, a diferencia de otras marcas, su comportamiento es tan equilibrado que rehúye de la electrónica para moldear su carácter a cada situación. No le hace falta porque siempre se comporta como es debido. En ciudad, carretera y autopista, sea por donde sea, siempre apetece oírlo roncar. Incluso el cambio, rápido y con un accionamiento muy suave, no agota ni en el peor de los atascos.     

Una gran compañera de viaje

BMW Motorrad, sabedora de las medidas de la R 1200 GS, ofrece múltiples regulaciones en las suspensiones y asientos de diferente altura para hacerla accesible a todo el mundo. De todos modos, está claro que es una moto alta y grande, como en el fondo suele ser habitual en todas las maxitrail (por algo son “maxi”, ¿no?). Tanto es así que este tipo de motocicleta requiere de cierta experiencia previa, ya sea por sus medidas XL o por su considerable peso. Ahora bien, aparte de alguna que otra maniobra de aparcamiento que puede ser un poco más complicada de lo habitual, todo problema se acaba cuando nos aposentamos en su cómodo asiento.

La posición de todos los mandos es muy correcta y el cuerpo tiende a relajarse rápidamente. El mullido del asiento, la posición de los brazos, las piernas poco flexionadas… todo invita a irse de ruta. De hecho, su principal cometido, aquello para lo que ha sido especialmente diseñada, son los viajes. Cierto que su autonomía no es tan buena como la de su hermana más aventurera, pero sus 20 litros de capacidad dan mucho de sí. También acompaña la buena protección aerodinámica que nos da la cúpula, de posición regulable gracias a unas ruedecitas, y la forma del depósito, que nos protege bien la zona de las rodillas.     

Por supuesto que siempre se puede potenciar su faceta turística con los accesorios opcionales, aunque ello suponga tener que desembolsar más dinero. Como no podía ser de otro modo, tiene ganchos preinstalados para añadirle hasta tres maletas. Del mismo modo, está preparada para instalar el sistema de calefacción, que puede ser muy útil incluso en un uso más cotidiano, yendo a la oficina un frío día de invierno. La guinda final son el control de tracción ATC o el sistema de regulación electrónica de las suspensiones, mediante el cual podremos ajustar todos los reglajes con un simple botón y sin siquiera tener que detenernos. Todos los ajustes son realmente rápidos y fáciles de hacer, tanto que se pueden hacer en marcha sin problemas.   

Costumbres de la marca

BMW tiene por costumbre ofrecer motos muy logradas ergonómicamente y con buenos acabados, como por supuesto la R 1200 GS. Pero hay más cosas que la distinguen de las demás, algunas muy buenas y otras, creemos, no tanto. Empezando por las menos buenas, cabe hacer mención al sistema de levas separadas para los intermitentes. Este sistema puede resultar incómodo en ocasiones porque te obliga a desconectar los intermitentes con un botón situado en la piña derecha, justo donde el gas. Aunque no tiene porqué ser un problema, en ocasiones resulta un poco molesto porque se tiende a dar un poco de gas cuando los queremos desconectar. Sea como sea, requiere un poco de práctica y resulta más complejo que el sistema tradicional.

También es marca de la casa el sistema de suspensión. Detrás vemos el sistema Paralever, que combina la transmisión por cardán con las tareas de suspensión. Pero resulta más curioso todavía el Telelever delantero, una  combinación de horquilla telescópica convencional con un pivote basculante y un amortiguador de muelle. Con este sistema se mejora la seguridad en las frenadas y el confort, aunque ello suponga añadir algunos kilos más al conjunto. En este sentido no está de más hacer un poco de memoria, puesto que BMW fue la primera marca del mundo en montar horquillas telescópicas con amortiguación hidráulica en una de sus motos, en 1935. Una señal más de que saben lo que hacen.

En temas de frenada, tanto el tacto como el mordiente de los frenos están a la altura. Además, el ABS se puede desconectar, como debería ser en cualquier moto de este estilo, es decir, con cierta predisposición a salirse del asfalto. Tampoco es que sea muy recomendable ponerse a practicar enduro sobre una moto de 229 kilos, pero si de lo que se trata es, simplemente, de rodar sobre pistas de tierra en buen estado, a veces es útil poder jugar con la rueda trasera en las frenadas.  

Conclusión

Las sensaciones que la BMW R 1200 GS es capaz de transmitirte son únicas y no se pueden comparar con ninguna otra. En un semáforo, sin ir más lejos, basta con dar un golpe de gas en punto muerto y notar cómo la moto cobra vida y se mueve dando azotes a lado y lado. Esta nimiedad te hace sonreír y sentir que es una moto con la que conectas.

Pueden gustar o no sus particularidades, si bien muchos de sus detractores acaban cambiando de opinión con el tiempo, ya sea por el inevitable paso de los años o porque, simplemente, han tenido la oportunidad de probarla. No será la más rápida, ni la más ligera, ni quizá la que frene más fuerte. Pero tiene, sin duda, un carácter especial y muy encantador que le ha brindado un prestigio muy merecido. Si es la reina de su categoría es porque se lo ha ganado.  

¿Preparado para lo siguiente?

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