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Prueba: Chevrolet HHR – A este lado del Atlántico

Chevrolet pretende convertir este modelo en un alarde de singularidad y extravagancia. El estilo retro, el alto equipamiento y el sobresaliente motor juegan las mejores bazas para esta “oveja negra” por fin convertida en europea.

En Estados Unidos ya han vendido 200.000 unidades en menos de dos años… El HHR se vende ya en los concesionarios a partir de 28.100 euros con una sola combinación de motor y acabado. Lo único que se puede elegir es el tipo de cambio: el automático es sensiblemente más caro y se puede comprar a un precio de 29.400 euros.  ¿Es excesivo?. Puede ser, pero si tanto te gusta su marcado acento americano debes saber que por el momento hay muy pocas alternativas en el mercado.

Corta trayectoria de éxito

Después del entusiasmo que ha levantado desde 2005 al otro lado del charco, General Motors decidió trasladar el HHR a Europa con la intención de  ofrecer algo muy diferente a lo que estamos acostumbrados. A pesar de su diseño y aunque ellos lo llaman “multifuncional”, lo cierto es que es un coche con mucha personalidad exterior pero sin aparentes descubrimientos interiores o mecánicos. Esto es, que por fuera es muy original, pero por dentro sigue conservando la herencia Chevrolet en Europa.

HHR significa “Heritage High Roof”, y traducido, quiere decir “herencia de techo alto”. Este es quizá el rasgo más compartido con el Suburban de 1949 y es determinante para su exportación a otros mercados: una línea elevada del techo que le confiere un cuerpo robusto y una elevada posición de conducción. La moda es la moda, y cuanto más grande y más fuerte, mejor.

Sensaciones interiores

El HHR tiene unas generosas medidas dentro de los monovolumenes compactos. Además de sus 2,62 metros de batalla, mide 4,47 de largo, 1,75 de ancho y 1,60 de alto. La única de estas tres cifras que llama la atención por ser escasa, tanto en la ficha técnica como en el interior, es la de la anchura. A pesar de que en realidad es un coche espacioso (tiene un buen maletero y accesos muy cómodos), el HHR no consigue transmitir la sensación de amplitud cuando hay cuatro personas en el interior. En cierto modo, esa sensación la provoca el parabrisas -más pequeño de lo normal- y las ventanillas -ligeramente más elevadas-. Algunos elementos como el techo solar, o los grandes retrovisores contribuyen a “recuperar” la calidad del habitáculo.  

La posición de conducción es buena, lo suficientemente erguida para el piloto y con ajustes eléctricos (8 posiciones). Cuenta además con un reposabrazos abatible que puede quedar más inclinado de lo normal para dirigir el brazo derecho hacia la palanca de cambios. No hay una columna central que divida los dos asientos delanteros; tan sólo la palanca de cambios y un par de huecos portabebidas que quedan ubicados algo lejos de las manos dada la posición alta del asiento.

Aunque la elevada línea del techo permite acoger pasajeros de gran altura tanto delante como detrás, en la segunda fila de asientos podrán ir tres personas de complexión estrecha, aunque no es lo más recomendable para recorrer largas distancias.

¿Es suficiente con 170?

Ciertamente, el aspecto más positivo de este coche es la respuesta del motor a pesar de que es un coche de casi dos toneladas de peso. Chevrolet ha decidido incluir en el HHR la unidad de 16 válvulas perteneciente a la familia de motores L850, un motor que está emparentado de forma directa con el 2.2 Ecotec del Opel Vectra y que cuenta con algunas modificaciones para mejorar el ruido (un revestimiento de polímero en los pistones y una nueva tapa del motor de dos capas).   

Aunque no es un coche que pueda alcanzar altas velocidades (de hecho su máxima está en 180 km/h) es tremendamente elástico y fácil de gestionar.  La utilización de la palanca de cambio carece de mucha precisión pero es muy suave y cómoda. Quede por tanto nuestro voto a favor en lo que a conducción urbana se refiere porque otra cosa es la estabilidad en carretera.  

La dirección no parece lo suficientemente dura y las suspensiones blandas no ayudan del todo a controlarlo.

¿Cuánto consume?

El HHR no es un coche excesivamente derrochador y, además, cuenta con algunas soluciones que permiten controlar elementos importantes como la vida del aceite. La media que hemos registrado de consumo ha sido inferior a 9 litros de gasolina cada cien kilómetros. En carretera, y con velocidades no superiores a 120 km/h, hemos podido fijar el consumo en torno a los 7 litros.  

El HHR cuenta además con el sistema de vida de aceite de General Motors. Su funcionamiento se basa en un control electrónico que detecta varios parámetros en la gestión del motor y avisa en el indicador del cuadro de mados del momento óptimo para la sustitución del aceite.

Mucho equipamiento, ¿de calidad?

El equipamiento de este coche es cerrado y pertenece al nivel denominado LT. En general es un paquete muy completo si tenemos en cuenta lo más parecido a él dentro del mercado español: el Chrysler PT Cruiser. Este modelo, en su versión más cara (Limited 2.4 automática de 143 cv) cuesta 1.300 euros menos que el HHR, también automático y con 170 cv. El PT Cruiser no incluye de serie el techo solar eléctrico ni tampoco el control de estabilidad, ambas de serie en el Chevrolet.

Lo mas característico del habitáculo es que incluye detalles bastante especiales como el indicador de orientación en el espejo (una especie de brújula electrónica) y grandes contrastes entre los tamaños de los instrumentos que son atractivos pero carecen de utilidad. Un ejemplo: la circunferencia del tirador de la puerta es mayor que la esfera del cuadro de mandos. ¿No sería mas útil al revés? Si, pero entonces no sería diferente.

En general la calidad del interior va acorde con el precio, aunque no es un coche lujoso.  El paquete comprende ABS, control de estabilidad y tracción, asientos de cuero calefactables con regulación eléctrica, techo eléctrico, aire acondicionado, equipo de audio con lector de discos compactos y entrada auxiliar. Hay también airbags frontales, laterales y de cabeza.

¿Y de maletero?

Otra de las ventajas de este coche es su buena capacidad de organización del espacio. Su maletero –bastante grande de por sí-, cuenta con un suelo totalmente plano, varias soluciones para distribuir mejor los objetos y un organizador para facilitar la separación en compartimentos.

Los asientos traseros son abatibles de forma 60/40, quedando el mayor espacio en el lado del pasajero. Como el asiento del copiloto también es abatible, el HHR puede cargar en el interior objetos muy largos (de hasta 2,44 metros).

En total, el volumen de carga de este coche es de 638 litros, convertidos en más de 1.6000 cuando se abaten los asientos traseros.  Hay además dos compartimentos con cierre detrás de la banqueta de asientos trasera y ganchos que permiten cargar bolsas o algunas prendas de ropa.

En resumen

Lo mejor del HHR es sin duda el buen funcionamiento de su motor y el amplio equipamiento que incorpora de serie. Lo peor es que el precio es algo elevado (dentro además de un sector con mucha competencia) y que hay pocas opciones de equipamiento extra. Según Chevrolet, en los concesionarios se podrá equipar el spoiler, las barras del techo, los deflectores para las ventanillas y bandas antiarañazos para los  paragolpes.

El Chevrolet HHR se fabrica en la planta que General Motors tiene en Ramos Arizpe (México). Desde el mes de julio de 2005 está a la venta en Estados Unidos y Canadá. La previsión de ventas de Chevrolet en Europa es de entre 3.000 y 4.000 unidades al año, siendo 500 las destinadas al mercado español.

¿Preparado para lo siguiente?

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