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Prueba: Infiniti FX 2012 – Se acentúa la deportividad

Hablar de Infiniti es hacerlo de una marca en crecimiento que ha sabido posicionarse entre los Premium alemanese incluso robarles más de un cliente. Uno de los principales artífices ha sido sin duda su buque insignia, el FX, el cual supone más del 60% de las ventas de la marca.

Por ello, para mantener y aumentar sus ventas, el todocamino de lujo japonés introduce ligeros retoques estéticos y de equipamiento además de poder adquirirse la versión Sebastian Vettel Special Edition de 420 CV. La actualización es casi imperceptible a la vista, pero si nos fijamos con más detenimiento, se aprecia como el frontal se ha renovado, con una parrilla totalmente nueva, distintiva de los futuros modelos, y que se ha ido mostrando en los Concept Essence, Etherea y Emerg-E, presentados en los salones de Ginebra 2009, 2011 y 2012, respectivamente. Un frontal que, junto con los dos nuevos colores de la carrocería –Iridium Blue y Graphite Shadow-, las nuevas llantas de aluminio de 20’’–disponibles para los acabadosGT y GT Premium- o la nueva iluminación del cuadro de instrumentos, resaltan aún más el carácter deportivo y elegante de este todocamino, el cual, sin duda, es el más valorado por los clientes a la hora de adquirirlo, al tiempo que le desmarca por completo de sus competidores.

La oferta mecánica, por contra, no presenta variaciones. En este sentido, el FX mantiene los dos propulsores actuales, es decir, el V6 3.7 de 320 CV–que da nombre a la versión FX 37-, y el V8 5.0 de 390 CV–FX 50-, ambos de gasolina. Mientras que la oferta diésel sigue comandada por el V6 3.0 de 238 CV–FX 30d- y que se monta en otros modelos de la marca como el EX o la berlina M, así como en algún que otro Renault, como el Laguna Coupé 3.0 dCi ya que este propulsor surge del trabajo conjunto de la Alianza Nissan-Renault.

Dinámicamente, el FX sigue destacando por su carácter rutero gracias a su confort de marcha y a su baja sonoridad, que se acentúa por un óptimo aislamiento del habitáculo. El puesto de conducción permite ir algo más bajo que un todocamino al uso y el tacto de la dirección resulta bastante precisa. Igualmente, sorprende por su agilidad en carreteras algo más viradas, como las probadas durante esta toma de contacto. Esta generación del FX mantiene la dirección activa a las ruedas traseras, un elemento disponible sólo en los acabados S y S Premium.

La nueva gama 2012 incluye también mejoras en el equipamiento de serie, el cual aumenta. Así, los cuatro acabados –GT, GT Premium, S y S Premium- parten de fábrica con llantas de 20’’, techo solar, asiento de cuero calefactados y ventilados, apertura automática del portón, faros Bi-Xenón con AFS, llave inteligente, cámara de visión trasera, acabados en madera, levas tras el volante y USB y Bluetooth. La gama, ya disponible en los concesionarios de la marca, parte de los 68.500 euros del FX 30d GT hasta los 89.900 del FX 50 S Premium.

Como un campeón del mundo

Infiniti ha querido dar un paso más y de la colaboración con el equipo deFórmula 1 Red Bull–del cual es uno de los patrocinadores- ha nacido el FX Sebastian Vettel Special Edition,una versión homenaje al bicampeón del mundo alemán. Así, los ingenieros de ambas marcas han unido sus esfuerzos y tecnologías para fabricar un vehículo radical. Para ello han trabajado a fondo en el túnel del viento consiguiendo un coche con un 30% más de apoyo al suelo y con una resistencia aerodinámica un 5% menor.

Además, se han incorporado suspensiones más firmes, se ha rebajado 20 mm la carrocería, se han montado llantas de 21 pulgadas o se han introducido materiales más resistentes y ligeros como la fibra de carbono –empelado en los faldones laterales, el difusor trasero, el alerón o las carcasas de los retrovisores-. Bajo el capó también se ha retocado el motor V8 el cual es capaz de sacar 30 CV hasta llegar a los 420 CV. Desafortunadamente, Infiniti sólo ha puesto a la venta 500 unidades en toda Europa de las cuales cuatro se han destinado a España. De momento, dos ya tienen dueño y las otras dos están reservadas para aquellos que quieran y puedan pagar la friolera de 150.000 euros. Ser campeón del mundo sale caro.

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