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Prueba: Opel Ampera – Un ejemplo de madurez

Mientras muchos sólo hablan de los automóviles eléctricos, Opel ya lo tiene. En 2011 los de Rüsselsheim sacarán a la venta un modelo con el que se puede presumir de una conducción libre de emisiones y que, al mismo tiempo, es totalmente apto tanto para largas distancias como para el día a día.

Con motivo de la Michelin Challenge Bibendum 2011 nos hemos dado un par de vueltas, cortas pero muy impactantes, con este pequeño utilitario eléctrico. Si nos damos una vuelta por los muchos stands que conforman la cumbre ecológica Challenge Bibendum encontraremos diversos automóviles eléctricos que o bien se encuentran aún en fase de desarrollo o al menos esa es la sensación que transmiten. Actualmente, el mercado de los automóviles eléctricos está creciendo a un ritmo vertiginoso y además ofrece multitud de evoluciones más o menos atrevidas.  Sin embargo, el Opel Ampera se presenta en su versión más desarrollada y madura, tanto estética, tecnológica como cualitativamente.

En realidad, el Opel muestra un aspecto relativamente convencional. Cuenta con cuatro puertas y asientos individuales, y su espacio es suficiente para personas adultas de tamaño medio. El puesto de conducción se presenta futurista, pero con un nivel de calidad elevado, propio de las grandes series. La arquitectura de mando es la misma que la empleada en otros modelos de la misma casa, si bien en la consola central se ha optado, por ejemplo, por una superficie sensible al tacto en lugar de los típicos interruptores y botones. En vez de los instrumentos redondos clásicos del cuadro de instrumentos, el conductor deposita la vista sobre una gran pantalla a color que ofrece un sinfín de información acerca de la conducción y los sistemas incorporados al vehículo.

Ningún milagro del espacio

Pese a su carrocería de 4,40 metros de longitud, el Ampera sólo ofrece un maletero de 300 litros de capacidad que al menos se puede ampliar abatiendo el respaldo del banco trasero. Como suele ser habitual en los automóviles de propulsión convencional, el responsable de que la economía de espacio resulte sólo moderada es el tradicional túnel central, que en el caso del Ampera presenta un aspecto bastante macizo. El motivo de su tamaño es que la batería de casi 200 kg de peso ha tenido que ubicarse en este lugar.  

En lo que respecta a este acumulador de energía, se trata de una batería de iones de litio en forma de T que se encuentra integrada en el suelo del vehículo, de forma estratégica en lo que respecta al centro de gravedad. Sus 288 celdas individuales ofrecen una capacidad de almacenamiento de 16 kilovatios/hora, por lo que este modelo eléctrico de casi 1,8 toneladas de peso tiene garantizada una autonomía eléctrica de al menos 50 kilómetros. Los que sean capaces de desarrollar un estilo de conducción especialmente eficiente podrán disfrutar de una autonomía incluso mayor. A través de un cable de carga propio de 6 metros de longitud es posible conectar el Opel Ampera a cualquier enchufe de 230 voltios y, transcurridas tan sólo cuatro horas, las baterías estarán cargadas.

Generación de energía propia

El principal atractivo del Ampera es, sin embargo, su capacidad para ampliar su autonomía. Si bien hoy en día los automóviles que funcionan únicamente con baterías sólo ofrecen un radio de acción limitado, el motor de gasolina de 1,4 litros del Ampera permite realizar trayectos muy largos, incluso si la carga de la batería no es suficiente. En el momento en el que la batería deja de suministrar corriente para su propulsión, el motor térmico entra en funcionamiento para, a partir de ese momento, proporcionar la energía necesaria para continuar conduciendo. Esto tiene lugar de forma automática, sumamente suave y sin ningún tipo de pérdida. Tan sólo la acústica nos desvela que el motor de gasolina lleva a cabo su función de forma regular y uniforme en un segundo plano.

Pese a que su tecnología de propulsión y suministro de energía es relativamente compleja, la conducción del Ampera es sencilla y no presenta muchas complicaciones. Una vez que el coche está listo, el conducto tan sólo tiene que colocar la palanca de cambios en posición D –al igual que en un vehículo automático– y pisar el pedal del acelerador para que éste comience a andar prácticamente sin ningún ruido y, gracias a un gran par motor de 370 Nm, de forma bastante rápida. Su potente motor eléctrico de 150 CV genera este impresionante par motor de forma inmediata, logrando así un tiempo de aceleración de 0 a 100 km/h de tan sólo 9 segundos. Por lo tanto, el hecho de pisar a fondo el acelerador proporciona momentos de gran satisfacción, tanto más cuando la aceleración tiene lugar de forma muy uniforme y lineal. El Ampera no cuenta con un cambio manual, por lo que tampoco nos tenemos que preocupar por el molesto trabajo que supone tener que cambiar de marchas.

Bien equipado para todas las situaciones de conducción

La ausencia de unidad de transmisión explica también que su velocidad máxima sea algo escasa y alcance sólo unos 160 km/h, una velocidad que, no obstante, resulta más que suficiente para el día a día. Sin embargo, ésta resulta incluso bastante elevada si tenemos en cuenta que estamos hablando de un automóvil eléctrico y, además, se consigue gracias a un pequeño truco. A velocidades elevadas, a modo de complemento se conecta un segundo motor eléctrico cuya función, en realidad, es la de un generador de electricidad. Esta interacción entre dos motores eléctricos parece que también logra un nivel de eficiencia más elevado.

Con todo, nosotros no tuvimos la oportunidad de probar el comportamiento del Ampera a velocidades elevadas –durante nuestro recorrido de prueba sólo nos sorprendió con una velocidad de 70 km/h–, ya que la combinación de propulsión totalmente eléctrica y el motor de gasolina como generador de electricidad armonizan, aunque de forma poco espectacular. Lo que sí nos ha sorprendido son las declaraciones vertidas por Opel en las que afirma que, en la práctica, el 90-95% de todos los trayectos podrá realizarse con la energía almacenada en las baterías. A la vista del enorme porcentaje de trayectos cortos ¿resulta realmente útil y sensato incorporar un motor de combustión interna adicional?.

Los automóviles eléctricos continúan siendo bastante caros hoy en día

De ser así, un vehículo impulsado sólo con baterías sería la solución perfecta para el día a día. En caso de querer realizar trayectos más largos, entonces recurriríamos a un vehículo de alquiler con motor de propulsión convencional, una alternativa de movilidad que seguramente resultará atractiva para muchos conductores. Además, la conducción de un eléctrico es más eficiente y resulta más barato en su adquisición, dado que no necesita la compleja, pesada y, por lo tanto, cara unidad de propulsión que monta el Ampera.

Y así llegamos también al verdadero problema de este Opel: su elevado precio. Su precio de partida es de al menos 43.000 euros, si bien no ofrece mucho más que un Astra que cuesta la mitad. Uno de los motivos de su elevado precio es, junto las baterías, los tres motores que se encuentran bordo. En este caso, quizá una combinación compuesta por un eléctrico como el Mitsubishi i-Miev –aunque sus 34.000 euros tampoco le convierten en una ganga– y un vehículo de alquiler para largas distancias sería la alternativa más económica.

En cualquier caso, ya sea el Ampera, el iMiev o cualquier otro eléctrico, hoy en día todos los automóviles eléctricos que presentan una tecnología madura de grandes series se caracterizan por unos precios de adquisición bastante elevados. Lo único bueno es que los costes de mantenimiento serán tan bajos que en este punto no tendrán competencia.  Junto con la exención de impuestos durante 10 años, los automóviles eléctricos resultan atractivos también por su bajo coste energético. Los que sean capaces de conducir de forma consecuente con la corriente procedente de la red eléctrica, y realicen un kilometraje anual medio, a lo largo de un periodo de tiempo de diez años podrían obtener un ahorro de cinco cifras en comparación con un automóvil de gasolina o diésel.

Conclusión

El Opel Ampera ofrece una excelente tecnología que estamos seguros que demostrará todas sus virtudes en el día a día. Sin embargo, y a la vista de su elevado coste de adquisición, resulta dudoso que este vehículo altamente equipado vaya a convertirse en una verdadera alternativa de movilidad hecha a la medida de cualquier bolsillo. No obstante, aquellos que reduzcan no todo a un mero cálculo de cifras, y se puedan permitir realizar la inversión inicial que exige el Ampera, podrán disfrutar de una tecnología de propulsión fascinante y madura y, además, podrán presumir de ser especialmente respetuoso con el medio ambiente.

¿Preparado para lo siguiente?

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