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Prueba: Skoda Superb Combi Sportline 2.0 TSI 280 CV – La antesala del 'RS'

Sin llegar a la deportividad que destilan las siglas RS en el Octavia, el Superb también es capaz de aportar ese extra de picante con esta versión Sportline. Una combinación perfecta de comodidad y altas prestaciones que tiene como resultado el modelo que aquí hemos probado a fondo.

Quien piense que en una berlina de representación no puede haber lugar para la deportividad, está completamente equivocado. Sin embargo, si vistes los ‘colores’ de Skoda puede que llevaras tiempo sintiéndote algo al margen. Sí, cierto es que la firma checa ofrece una variante RS para el Octavia, pero como bien hemos dicho al principio hablamos de berlinas de representación, es decir, que nos estamos refiriendo a su hermano mayor: el Superb.

Un modelo que, en su generación anterior sí ofrecía una versión de altas prestaciones, alimentada por el bloque 3.6 FSI atmosférico de 260 CV. No obstante, desde que apareció esta tercera generación, dicho hueco se había mantenido vacío… hasta ahora, que es cuando Skoda ha puesto en liza la versión Sportline que protagoniza estas líneas.

Todo al negro

Un acabado que se sitúa, por precio, justo por debajo del Laurin&Klement –el tope de gama-, aunque si uno se mete en el configurador de la marca verá que lo posiciona aparte. No en vano, el acabado Sportline presenta un aspecto distinto al del resto de la gama, el cual viene determinado por la inclusión de multitud de detalles en negro brillante. Así, tanto la parrilla, como las carcasas de los retrovisores, el faldón delantero, los faros antiniebla delanteros, los marcos de las ventanillas y, en el caso de la carrocería Combi –familiar- como la nuestra, las barras del techo están pintados en dicho color. A ello se unen, además, elementos que buscan enfatizar ese toque deportivo, tales como la doble salida de escape o las llantas de aleación de 19 pulgadas, opcionales, que montaba nuestra unidad –de serie viene con unas de 18-.

Una sensación de dinamismo que también se extrapola al habitáculo, donde se incluyen unos asientos deportivos con el reposacabezas integrado, un volante con la parte inferior achatada o el tapizado en Alcantara para los paneles y el techo que contrasta con la costura en blanco y con las luces ambientales cuyo color puede configurarse.

Altas prestaciones

Ahora bien, de nada serviría tener un aspecto de lo más deportivo si no lo acompañamos de un propulsor a la altura. Dicho y hecho, porque Skoda aprovechó para incluir dos nuevas motorizaciones a la gama, ambas de gasolina, como son el 1.8 TSI de 180 CV y el 2.0 TSI de 280 CV. También está disponible el diésel 2.0 TDI de 190 CV.

En nuestro caso optamos por la más potente de todas, es decir, aquella que desarrolla 280 CV, más que nada porque seguimos la máxima de “ya que estamos, mejor hacer las cosas bien”. Si eres seguidor del Grupo Volkswagen, sabrás que este bloque de cuatro cilindros, inyección directa, turbocompresor y 2.0 litros de cilindrada, es la ‘gallina de los huevos de oro’. Independientemente de qué modelo lo equipe, el éxito está asegurado. Para que te hagas una idea, es el mismo motor que montan, entre otros, coches tan ilustres como el SEAT León Cupra, el Volkswagen Golf R o el Audi S3, aunque sobrepasando el umbral de los 300 CV; mientras que dentro del fabricante checo, lo equipan tanto el Octavia RS 230 como el futuro RS 245. Y ya por último, decir que también está disponible para mover a su primo-hermano, el VW Passat, por lo que su respuesta no nos coge ‘de nuevas’.

Es un bloque excepcional, se mire por donde se mire, infatigable y con un empuje contundente. En el caso de nuestro protagonista y en asociación exclusiva a una caja de cambios automática DSG de seis relaciones, genera un par máximo de 350 Nm, disponibles desde las 1.700 vueltas. Bien es cierto que tiene que hacer frente a un ‘lastre’ de 1.635 kilos, pero a nada que hundamos el acelerador, la respuesta será inmediata. La prueba de ello, las buenísimas prestaciones que declara, con una aceleración de 0 a 100 km/h de 5,8 segundos y una velocidad punta, auto limitada, de 250 km/h.

En función de tu ánimo

En el apartado dinámico, además de equipar la tracción integral que siempre aporta un plus de seguridad frente a situaciones complicadas, el Superb Combi Sportline incluye de serie un selector de modos de conducción, con cinco programas: Eco, Comfort, Normal, Sport e Individual. De esta forma, se convierte en un vehículo tan apto para ir a trabajar o ir al cine con la familia, como en un miura desbocado cuando elegimos el cuarto modo.

Con él activo notaremos cómo motor, transmisión y dirección responden de forma más viva y directa a nuestras órdenes –o todo lo contrario si elegimos los modos Eco o Comfort-, al tiempo que la amortiguación se endurecerá ligeramente. Eso sí, esto último solo podremos lograrlo previo pago de los 1.075 € que cuesta montar el tren de rodaje adaptativo DCC. No obstante, este es un gasto que merece la pena, pues conseguiremos un vehículo mucho más reactivo y fácil de adaptar a nuestro humor diario.

En marcha, el aplomo y la pisada del familiar checo son contundentes. El sistema de tracción total, como decimos, permite subir ligeramente nuestro límite ya que, además, se encuentra respaldado por el buen hacer del diferencial autoblocante electrónico, XDS, que ennoblece las reacciones del modelo. Tanto que resulta muy complicado descolocarle a la salida de una curva. Para añadir ese toque picante, la pantalla central puede mostrar un monitor de rendimiento, que nos informará en todo momento de la temperatura del aceite, la del líquido refrigerante y la fuerza de aceleración –fuerza G-.

Casi al completo

Ni que decir queda que estamos ante uno de los vehículos más capaces y habitables del sector. Los 4,85 metros de carrocería y 2,84 de batalla dan lugar a uno de los habitáculos más grandes que podemos encontrarnos ahora mismo. El espacio en la zona trasera es excepcional, pudiendo dar cabida a tres adultos de más de 1,90 metros sin problemas. El maletero, por su parte, mantiene los increíbles 660 litros iniciales que pueden ampliarse hasta 1.950 litros cuando se abate la segunda fila. Lo malo es que no acaba de quedar un piso completamente plano, pero sí podremos meter objetos de hasta 2 metros sin dificultades.

Una habitabilidad que se acompaña de un equipamiento de serie muy completo, con elementos como los sensores de aparcamiento delanteros y traseros, el sistema de info entretenimiento Amundsen con pantalla táctil de 8 pulgadas y navegador, faros bixenón con luz diurna LED, apertura y cierre eléctricos del portón, acceso y arranque sin llave, climatizador bizona, asistente de cambio de carril, detector de ángulo muerto, asistente de luces de carretera… Todo ello por un precio que parte de los 47.215 €, el cual, suponen 835 € menos que el VW Passat Variant con el mismo motor.

Ahora bien, pese a lo elevado de su factura, es fácil que superes los 8.000 € en extras si equipas, como en nuestra unidad, elementos como, por ejemplo, el control de velocidad de crucero adaptativo, el lector de señales, el sistema de navegación Columbus, la cámara de marcha atrás, el sintonizador de televisión, el climatizador de tres zonas, las llantas de aleación de 19 pulgadas o el DCC. Una tarifa elevada algo elevada si eres una familia media con aspiraciones deportivas.

  • Ficha Técnica Skoda Superb Combi Sportline 2.0 TSI 280 CV DSG 4x4

    Motor: Gasolina, cuatro cilindros en línea, turbo

Cilindrada: 1.984 cm3

Potencia: 280 CV entre 5.600-6.500 rpm

Par: 350 Nm entre 1.700-5.600 rpm

Velocidad Máxima: 250 km/h

0-100 km/h: 5,8 seg.

Consumo (urbano/extraurb./mixto): 9 / 7,2 / 6,2 l/100 km

Emisiones CO2: 164 gr/km

Dimensiones: 4.856 / 1.864 / 1.462 milímetros

Maletero: 660-1.950 litros

Peso: 1.635 kg.

Cambio: Automática, doble embrague, de seis velocidades

Depósito: 66 litros

Precio: 47.215 euros

Precio ud. probada: 56.695 euros

¿Preparado para lo siguiente?

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